lunes, 3 de diciembre de 2012

40 Días


40 días de los más intensos y bonitos que he vivido últimamente, en el ámbito profesional, pero sobre todo en el personal.

Todo comienza con la visita de una persona muy importante para mí, mi amiga Marta. Ambos tenemos pensado pasar el mes de Noviembre en el Hospital de Fauna Salvaje de AMUS, pero decide venirse unos días antes para conocer lo que ella llama “el sur”. Y qué mejor momento para yo también conocer zonas y lugares que, bien por falta de tiempo o por simple pereza, aún no conozco.

Y una de estas zonas aún por descubrir para mí es la Sierra de Andújar, zona de reintroducción del tan amenazado lince ibérico, y paraíso para los amantes de la naturaleza. Con la ilusión de poder ver nuestro primer lince en libertad, ambos partimos una mañana (no muy temprano) hacia Andújar, concretamente a Cerrajeros.

Nada más llegar nos encontramos con una pareja apostada en un cortado, totalmente preparados para el avistamiento y para combatir el frío, y pensamo si ellos ya habrán visto uno. Rápidamente buscamos una zona donde poder situar nuestros telescopios y comenzar a barrer el enorme campo de visión que teníamos delante. Mientras montábamos nuestro equipo se acerca un hombre en su todoterreno que decía venir de Madrid exclusivamente para intentar ver al “gato”. Nos dice que no ha visto nada, sólo dos muflones al principio de la mañana y ya está. Esto nos desanima un poco, ya que llegamos tarde y no tan preparados como la gente que nos rodea, pero seguimos con la ilusión de ver un “gato”.




Nada más montar uno de los telescopios, Marta apunta a un sitio al azar y ve una pareja de muflones. Primera alegría, ya que ninguna ha visto nunca ninguno. La mañana comienza de maravilla…

Pasan las horas, y nos conocemos la zona a la perfección. Nos hemos trasladado a una zona más elevada para tener aún más campo de visión, pero sólo vemos ciervos, muflones, perdices, petirrojos, conejos… el lince no aparece.

Ciervo (Cervus elaphus)


Muflón (Ovis musimon)


Petirrojo (Erithacus rubecula)
Las posibilidades de ver uno comienzan a desaparecer. Como el avistamiento lo vemos ya improbable, decidimos apostarnos una cena. El primero que logre verlo gana una cena… y conseguí una cena gratis!!! Ahí estaba, subiendo el camino que se aprecia en la foto de abajo. Tranquilamente, sin nada que le preocupe. Se gira, nos mira durante unos segundos y sigue su camino como si nada. Lo seguimos con la vista hasta que desaparece. Fueran apenas 20 segundos, pero para nosotros fueron de lo más intensos. Lo conseguimos. Hemos visto un lince. La emoción se nos notaba a ambos. Momento mágico que nunca olvidaremos.

Camino que recorrió el lince
Con la satisfacción de un día redondo decidimos volver a casa antes que anochezca. Pero no sabíamos que el camino de vuelta sería tan largo. Muflones, ciervos, toros bravos y….. un gamo nos deleitan nuestro regreso a casa. Ahora sí que el día había sido redondo.

Gamo (Dama dama)
Ciervo (Cervus elaphus) y toros de lidia (Bos taurus)
Seguimos exprimiendo los días antes de marcharnos a AMUS y organizamos una excursión para avistar grullas. No estamos muy seguros de poder verlas, ya que este año se están retrasando mucho. Aun así decidimos intentarlo. Y menos mal, porque nuevamente nuestra salida es fructífera. Grullas, mochuelo, avefrías… redondean otro día perfecto.
Grulla (Grus grus)




Gastamos los días hasta que llega la hora de marchar a AMUS. Allí nos esperan amigos, animales a los que intentar ayudar y muchas cosas por aprender.

Después de un mes allí, de buenos y malos momentos, de muchas cosas aprendidas, de muchas cosas vividas, toca marcharnos. Ya ha pasado un mes. Pero nuevamente nos sorprenden con una gran noticia. AMUS ha conseguido la implicación de la gente y han obtenido algo más de 5.000 euros a través de donaciones para la construcción de unas instalaciones de cría. Y quieren que nos quedemos para ayudar en su elaboración. Sin dudarlo, aceptamos la propuesta y estamos a la espera inminente de que comiencen las obras.

Ahora estoy de descanso una semana esperando con ansia volver y reencontrarme con todo el equipo humano que forma AMUS y con mi compañera de batallas, a la que acabo de despedir.

Desde aquí agradecer enormemente a Álvaro Guerreo, director de AMUS, la oportunidad que nos ha dado de poder colaborar en un proyecto tan bonito y gratificante como ese, y a mi amiga Marta, persona con la que comparto una gran pasión por los animales, por la naturaleza y sobre todo una gran amistad.



Nota: en esta entrada, aunque las fotos están realizadas con mi cámara, todas están realizadas por Marta (excepto en las que aparece ella, obvio).

domingo, 23 de septiembre de 2012

Miradas



Me sobrecoge muchas veces la mirada de los animales. Su mirada de inteligencia y, por desgracia, la mayoría de las veces, de sufrimiento. Con esta entrada, lo único que pretendo es que nos quedemos con la mirada de los protagonistas de las siguientes dos historias.

Quiero comenzar con la histaria de Tula, una mastina que fue capaz de hacerse un hueco en esta difícil sociedad.
Como ya comenté con anterioridad en otra entrada, actualmente estoy realizando prácticas en la Fundación Gypaetus, la cual está llevando a cabo el proyecto Life "Innovation Against Poison". Entra las diversas tareas que comprende el proyecto, una de ellas es el trabajo con ganaderos. Y qué mejor herramienta para un ganadero que un perro que cuide de su ganado contra los depredadores.
Y aquí es donde entra la protagonista de nuestra historia. Tula es una mastina que fue abandonada en Pozoblanco, y se encontraba merodeando por "La Salchi" (probablemente buscando el calor humano de los niños que suelen encontrarse allí). Pero muy lejos de lo que Tula creía, ese calor humano se convirtió en agresividad, ya que en lugar  de caricias recibía palizas.
Todo esto terminó el día que pasó por allí un chaval, Rafa, y vio el calvario que estaba padeciendo Tula. Por ello decidió rescatarla de su martirio. Pensó: "Ya no le vais a pegar más", y se la llevó con él a su casa.
Pero Rafa no podía hacerse cargo de Tula, por lo que comenzó a buscarle una familia que la acogiera. Debido a que algunas personas conocen el proyecto y saben que nos hacemos cargo de perros para el cuidado del ganado, contactaron conmigo. Rápidamente Iván (el técnico del proyecto en la zona) y yo fuimos a ver el estado del animal. Cuando llegamos pudimos comprobar que Tula estaba extremadamente delgada y que tenía una herida en una de sus patas traseras, lo que le hacía cojear notablemente.
Iván contactó con diversos ganaderos que pudieran acogerla, hasta que dio con uno de Santa Eufemia. Este ganadero ofreció su explotación ganadera como nuevo hogar para ella, a cambio de su ayuda en el cuidado del ganado.
De esta manera, fuimos a recoger a Tula, la cual nos recibió con miedo al principio (señal del sufrimiento al que ya había sido sometida), pero enseguida nos regaló una mirada de agradecimiento.


Tula de camino a su nuevo hogar en Santa Eufemia.
Durante el camino a Santa Eufemia, Tula no paraba de lamernos y de mirarnos con esos ojos que simplemente decían "gracias".

Una vez llegados a la explotación ganadera, fue recibida por su nuevo dueño, el cual rápidamente la condujo a un pequeño corral de ovejas (debido a las nuevas obligaciones que tendrá Tula, debía acostumbrarse a ellas cuanto antes) donde fue alimentada e hidratada.

Tula a su llegada a Santa Eufemia.
El ganadero nos decía que la perra tenía signos de pureza y que estaba seguro de que sería una muy buena perra pastora. Con esto nos despedimos de él, acordando una futura visita para comprobar el estado de la perra.


Tula con su nuevo dueño.
Cuando ya nos marchábamos, Tula empezó a llorar, no quería despedirse de nosotros, no quería despedirse de aquellas personas que le habían demostrado afecto... y creedme, eso nos partió un poco el corazón.
A día de hoy, Tula es una muy buena perra pastora, se está adaptando perfectamente a sus obligaciones con el ganado y es una perra muy cariñosa, que se lleva perfectamente con sus compañeros de rehala y su dueño. Tula encontró un hogar. Tula tuvo una nueva oportunidad. Y tuvo una nueva oportunidad gracias a la familia Agudo Quirós, especialmente a Rafa, desde donde quiero mandar todo mi agradecimiento por la ayuda y preocupación que mostraron desde un principio. ¡Gracias!


Pero no quería terminar esta entrada sin hacer referencia a una foto que llegó hace un par de días a mis manos. Una foto que cada vez que la veo me sobrecoge un poco más. Una foto en la que el animal con su mirada me dice, ¿por qué?, ¿qué he hecho para merecer esto?
Este animal ingresó en AMUS (Villafranca de Los Barros, Badajoz) con graves secuelas debido a que ha sido mantenido en cautividad. Debido al capricho de una persona de tener un animal salvaje en su casa, encerrado para su único y egoísta disfrute.
La verdad es que no sé la historia de este mochuelo, y creo que tampoco la quiero llegar a saber. Lo que sí me gustaría conocer es la historia de la persona que mantuvo a este animal salvaje en cautividad, y preguntarle ¿por que?, ¿qué te ha hecho?, ¿se merecía el sufrimiento al que lo has sometido?
Simplemente os invito a mirar la foto y  su expresión, y que cada uno saque sus propias conclusiones.

Aunque cueste identificarlo, se trata de un mochuelo.
No sé el final de la historia de este pobre mochuelo, pero sí os puedo asegurar que no habrá sido tan feliz como la de Tula. Lo único que deseo es que su sufrimiento haya acabado.

Os invito a mirar la expresion de estos animales durante unos segundos, su mirada profunda, y que nos preguntemos, ¿realmente se lo merecían?


domingo, 26 de agosto de 2012

Salvemos nuestra fauna.

Aunque con esta entrada me salgo por completo del título de mi blog, tenía que hacerla.

Como digo, me salgo un poco de esa regla que de alguna manera me he autoimpuesto para este blog, y lo hago porque ninguna de estas fotos son a través de mi cámara. Esto no lo viví desde detrás, en este caso me tocó a mí ser uno de los protagonistas. Los casos que os voy a contar a continuación son a través de la cámara de mi padre.

Algunos de los que me conocen en Pozoblanco son buenos sabedores de mi pasíon por los animales y de los centros de recuperación por los que me dejo "caer" de vez en cuando. Por ello, cuando aparece algún animal herido en el campo se acuerdan de mí pare ir a recogerlo.

Por suerte o por desgracia, ya son varias las llamadas que han llegado a mi teléfono por este motivo. Y digo suerte o desgracia porque nunca deseas recibir una de esas llamadas, indicativo de que ningún animal está herido. Pero suerte porque ese animal tendrá la suerte de poder ir a un hospital de fauna a recuperarse de sus heridas.

La primera de esas llamadas la recibí de Marisol, una compañera de clases de inglés y de algún curso que hemos realizado juntos. Me comunicaba que en Villanueva de Córdoba se encontraba un buitre que no podía volar. Y para allá que fuimos mi padre y yo. Después de varias carreras detrás de él, conseguí capturarlo. Se trataba de un joven buitre leonado desnutrido (la desnutrición en las carroñeras es el caso de ingreso más común en los centros de recuperación desde la prohibición de abandonar cadáveres en el campo.) y con las plumas en muy mal estado, especialmente las rectrices.  Una vez el buitre se encontraba "a salvo", los compañeros del CREA de Los Villares vinieron a recogerlo. Actualmente este animal se encuentra en perfectas condiciones, y una vez sus plumas estén en perfecto estado será devuelto a su medio.

El buitre antes de capturarlo.

El buitre ya capturado.
No pasaron muchos días de la recogida del buitre cuando recibo una llamada de Iván Parrillo, técnico en la zona de Los Pedroches con un proyecto life de venenos, y con el que tengo la suerte de estar realizando prácticas. Iván me dijo que tenía una llamada de un ganadero que, en su finca de Dos Torres, había en el suelo un ratonero que no volaba. Rápidamente nos desplazamos hasta el lugar, y comprobamos que, efectivamente, era un pollo de busardo ratonero que no volaba. En este caso, no fue la mano del hombre la causante de la desgracia (más del 90% de las causas de ingreso son culpa del hombre, directa o indirectamente).
El nido donde se encontraba se había caído junto con él. Pudimos comprobar que en el lugar donde antes estaba el nido, se encontraba un hermano suyo, el cual había resistido en el árbol. Éste sí era alimentado por sus padres, pero el "nuestro" no era alimentado por encontrarse en el suelo.
Una vez pude capturarlo, contactamos con Los Villares para que vinieran a recogerlo. Debido a la saturación de trabajo que tenían no les era posible recogerlo, por lo que decidí llevármelo a mi casa. Le improvisé una jaula, lo alimenté e hidraté y al día siguiente lo llevé personalmente al CREA. Allí pude saludar a mis antiguos compañeros y comprobar la enorme saturación de trabajo a la que están sometidos en la época de cría.


Alimentado al pollo de ratonero antes de su viaje al CREA.
Sin dejar los buitres, Iván y yo recogimos otro buitre de casa de Miguel Aparicio, agente de Medio Ambiente, que también procedía de Villanueva de Córdoba. Éste lo recogíó en persona Miguel Carrasco, responsable del CREA de Los Villares.

Pero no todo han sido buenas noticias de recogidas con los buitres ya que, nuevamente en Villanueva de Córdoba, Iván y yo encontramos un buitre, el cual no pudimos capturar. Aunque no podía volar, sí podía planear. Después de innumerables carreras detrás de él, de saltar gran cantidad de cercas de piedra, nos dejó atrás y con la impotencia de no haber podido ayudarle.

La última de las llamadas la recibí ayer. Un ganadero de Pozoblanco había visto un búho real que se desplazaba a "saltos" por su finca y al parecer no podía volar. Me desplacé con él hasta el lugar donde lo había visto y allí se encontraba, a la sombra de unos juncos. Efectivamente no podía volar, por lo que lo capturé. Una vez en mis manos comprobé que el codo de su ala izquierda estaba luxado, de ahí su imposibilidad para volar. Transportado a Los Villares por Miguel Aparicio su pronóstico es favorable. Una vez se encuentre recuperado será devuelto a su medio natural.



Con esta entrada pretendo transmitir, y sobre todo concienciar sobre la responsabilidad que tenemos sobre los animales, ya que la mayoría de los problemas que les afectan, directa o indirectamente, son culpa nuestra.

¡Conservar y respetar nuestra fauna es responsabilidad de todos!

jueves, 16 de agosto de 2012

Chozas de Los Pedroches

Llevo varios días dándole vueltas a la cabeza sobre cómo comenzar mi blog. La verdad es que nunca se me ha dado muy bien redactar y transmitir mis experiencias a la gente (siempre se me han dado mejor las ciencias que las letras). En un principio pensé en contar mi experiencia en Marismas del Odiel, ya que hace un año de mi paso por allí, pero esto lo dejaré para más adelante... 

El pasado día 2 de Agosto pude asistir a a una charla impartida por Rafael Pulido sobre las chozas de Los Pedroches. Su ponencia me despertó gran interés sobre este tipo de construcciones. En la misma, coincidí con Moisés Vargas, un gran fotógrafo y  de los grandes conocedores de Los Pedroches. Allí decidimos retratar alguna de estas bellas construcciones.

Y nos pusimos manos a la obra. Quedamos una tarde para ir a Hinojosa, donde Moisés había localizado una choza a través del blog de Rafael. Cuando llegamos allí comprobamos su buen estado de conservación y lo fotogénica que es.



Pero sobre todo nos dimos cuenta de lo fotogénica que tendría que ser captarla de noche. Y con esta idea nos fuimos a casa.

A los pocos días recibo una llamada de Moisés, comentándome que qué mejor manera de fotografiarla que en la noche de mayor actividad de las perseidas. Ilusionados con la idea nos fuimos de noche rumbo Hinojosa. Tras varias pruebas de encuadre, localización de la Polar y algunos problemillas con mi cámara (aún no tengo cable disparador), abrimos el obturador durante 15 minutos, y a ver si había suerte... judgad vosotros mismos.


Más o menos contentos con la toma, Moisés me llevó a ver una antigua noria para intentar una nueva toma. Esta vez y con un solo intento, éste fue el resultado:


Decir que perseidas no captamos ninguna, pero aún así, la noche mereció la pena.

Por último, agradecer a Moisés por enseñarme nuevos lugares de la Comarca, y a Rafael por mostrarme el patrimonio tan interesante que poseemos en Los Pedroches, las chozas.

http://miralospedroches.blogspot.com.es/
http://chozasdecordobaandalucia.blogspot.com.es/2012/08/chozas-de-los-pedroches.html